martes, 29 de marzo de 2011

Mundo de postguerra y formación de la ONU (material para 4º año)


Consecuencias de la Segunda Guerra Mundial. Perdidas humanas

La mayor guerra de la historia es también la de mayor número de víctimas: 55 millones de muertos, 35 millones de heridos y 3 millones de desaparecidos (según cálculos aproximados).
En la guerra se gastaron un billón 500 mil millones de dólares, de los cuales, el 21% corresponden a Estados Unidos, el 20% a Gran Bretaña, el 18% a Alemania, el 13% a la Unión Soviética y un 4% a Japón.
Europa pierde su hegemonía: la destrucción de las zonas urbanas e industriales paraliza en un principio la reconstrucción sobre toda en Europa occidental, gracias a la ayuda de capital privado –y muy especialmente el norteamericano (Plan Marshall) consigue recobrarse y en 1950, supera el nivel anterior a la guerra. En los países del bloque oriental la industria se desarrolla gracias a una rigurosa planificación que, a expensas de la producción agrícola y de bienes de consumo, da prioridad a la industria pesada.
En Europa oriental se forma un sistema de múltiples alianzas soviéticas; las fronteras de Polonia se desplazan hacia el oeste; el problema alemán continúa sin resolverse. A pesar de las enormes pérdidas sufridas durante la guerra, la URSS., libre de las presiones alemanas (en el oeste) y japonesa (este), comienza a perfilarse como potencia mundial. Los éxitos comunistas –China- parecen confirmar la fuerza expansiva de los movimientos revolucionarios (cuando menos en aquellos países en lo que las “necesidades inmediatas” de las clases oprimidas pueden identificarse con las “reales”). Plenamente consciente de su fuerza, la URSS. reivindica la dirección de los problemas internacionales.
El poder económico de EE.UU., lo sitúa en vanguardia del capitalismo occidental: el coloso norteamericano va tomando lentamente conciencia de su papel hegemónico, al tiempo que disminuye su sensación de invulnerabilidad, debido a que pierde el monopolio atómico.
El conflicto Este-Oeste, se traduce política e ideológicamente en la “guerra fría” entre el comunismo oriental y el capitalismo occidental y se manifiesta a través de la propaganda, la política de prestigio; el rearme, las alianzas supranacionales, la rivalidad técnico científica y la ayuda a los países del Tercer Mundo. El enfrentamiento entre los dos bloques favorecerá la toma de conciencia política y las aspiraciones de independencia de los pueblos de color.
Nunca como durante la segunda guerra mundial los fenómenos de movilización de pueblos (éxodos, deportaciones) a que siempre dieron lugar los conflictos bélicos, alcanzaron proporciones tan gigantescas. Además de las colosales dimensiones de la contienda cabe atribuir la magnitud del problema de los refugiados a las implicaciones ideológicas de la guerra (racismo, nacionalismo). En Alemania la “conquista del espacio vital” y la necesidad de aumentar la potencia demográfica del país determinan el traslado de ciudadanos alemanes residentes en los países europeos ocupados. Debido a la escasez de mano de obra los alemanes suspenden las deportaciones de polacos e “importan” cerca de nueve millones de trabajadores forzados de toda Europa.
La Conferencia de Potsdam en 1945 aprueba la expulsión de casi todos los alemanes establecidos en 1942 en los territorios orientales de Checoslovaquia (sudeste) y Hungría. En 1946-47 se da la expulsión de minorías nacionales (italianos) en Yugoslavia. En 1948-1952 los judíos de Europa oriental emigran a Israel. En 1950-1952 las minorías turcas son expulsadas de Bulgaria y de Grecia. Cerca de 30 millones de europeos (60% alemanes) deben abandonar los países de origen. A partir de ese momento las fronteras étnicas coinciden casi exactamente con las políticas en Europa central y oriental.
- Las Naciones Unidas

El 26 de junio de 1945 se funda la Organización de las Naciones Unidas (ONU): representantes de 50 estados firman la carta de la ONU (111 artículos).
El objetivo era la “salvación de la paz mundial, defensa de los derechos del hombre, igualdad de derechos para todos los pueblos, aumento del nivel de vida en todo el mundo”.
Se puede afirmar que los principios fundamentales fueron: 1) asegurar la paz por medios pacíficos; por medio de sanciones económicas o políticas, o empleando fuerzas armadas cedidas por diversos miembros; 2) reconocer el derecho de cada Estado a la propia defensa, incluso por medio de pactos regionales de seguridad; 3) no inferir en los problemas internos de los Estados; 4) cumplir los compromisos de la ONU y, especialmente renunciar a la amenaza o al empleo de la fuerza. Pueden ser miembros de la ONU todos los Estados que reconozcan la carta de la ONU.
Órganos:
Consejo de Seguridad: tiene carácter permanente. Sus decisiones son obligatorias cuando han sido tomadas por 9 de los 15 miembros, entre los cuales deben estar los cinco miembros permanentes (EE UU., URSS., Inglaterra, Francia y China), que son las únicas naciones que poseen el “derecho de Veto”.
Asamblea General: se reúne –además de las secciones extraordinarias- una vez al año en Nueva York. Sus decisiones (aprobadas por una mayoría de dos tercios) sólo son obligatorias para los miembros que las han votado. Elige cada 3 años a los miembros no permanentes del Consejo de Seguridad, al Secretario General y a los miembros de todos los consejos. Establece anualmente el presupuesto de la ONU y las aportaciones de los miembros. Desde la guerra de Corea y a propuesta de por lo menos 7 miembros, la Asamblea General puede disponer el empleo de tropas y material de defensa para proteger a un país de la agresión de otro (cuando no puede el consejo de seguridad por veto de uno de sus miembros permanentes).
El secretario general (elegido cada 5 años por la Asamblea General, a propuesta del Consejo de Seguridad) posee como jefe de secretario de la ONU atribuciones políticas y administrativas y toma parte de las sesiones del Consejo de Seguridad (sin derecho a voto).
El Consejo económico y social coordina y dirige las actividades económicas y sociales de las Naciones Unidas apoyándose en organizaciones de la ONU y Comisiones especializadas.
Consejo de Administración fiduciaria: dependen de él los antiguos mandatos de la Sociedad de Naciones todavía no independientes.
El tribunal internacional de la Haya: (15 jueces elegidos cada 9 años) se encarga de resolver los conflictos jurídicos a instancia de los Estados Miembros o del Consejo de Seguridad.
Organizaciones espaciales: FMI (Fondo Monetario Internacional); UNICEF (trata los temas relacionados con la infancia); OIT (Organización Internacional del Trabajo); GATT (para cuestiones arancelarias); OMS (Organización Mundial de la Salud); UNESCO (para temas relacionados con la cultura y la educación) son los más conocidos.

El Mundo de Postguerra

En la Guerra desde el Eje se luchaba por un orden nuevo que sustituyera al corrupto sistema liberal y detuviera el peligro comunista. Desde el campo aliado occidental se puso en énfasis en la defensa de los valores políticos como la libertad y la igualdad, que había. En cuanto a la URSS., además de defenderse de la agresión nazi, sus aspiraciones en la contienda se centraban en consolidar su existencia, acabar con el fascismo y afirmarse entre el acoso del capitalismo.
A pesar de las pavorosas cifras de muertos o heridos que se derivaron de la guerra, éstas pudieron haber sido incluso mayores sino hubiera coincidido la guerra con un encomiable esfuerzo médico-sanitario, y con descubrimientos decisivos como la penicilina.
La lista de muertos y heridos civiles supera a la de los soldados en la casi totalidad de las naciones.

Durante la contienda y la inmediata postguerra el espacio del territorial que une a la Unión Soviética con las vecinas naciones, Polonia, Checoslovaquia, Hungría y Rumania fue reorganizado con el fin de crear un área de seguridad que protegiera a la URSS. de futuras agresiones centroeuropeas.
Durante los años de la guerra y los primeros de paz un total de 50 millones de europeos sufrieron movimientos y deportaciones, viéndose obligados a dejar sus hogares y trasladarse a nuevos e inciertos destinos. De esta cifra, no menos de diez millones corresponderían a traslado soviético desde 1941, con fábricas y utillaje industrial al otro lado de los Urales para preservar éstos de la invasión nazi.
Fueron los alemanes asentados en otras naciones quienes en mayor medida se verían obligados a repartirse. Alemania Occidental, incluso antes de constituirse como tal, recibió una avalancha migratoria de más de diez millones de personas llegadas de varios países del Este. La Europa de la postguerra fue también la Europa de los refugiados que se extendieron en masa, grupos o individuos bajo condiciones precarias de subsistencia, en aquellos lugares que se mostraron dispuestos a recibirlos.

Economía y destrucción

Tras la guerra el panorama agrícola, industrial y financiero era de un caos absoluto. Una de las peores inflaciones que recuerda la historia monetaria se cebaba en los precios al consumo, como consecuencia del exagerado volumen del efectivo circulante. Al mismo tiempo el derrumbe de la capacidad industrial y de su utilización productiva se situaba en un 50% de la de preguerra.
Polonia y la Unión Soviética fueron los países más afectados. Saqueos en distintas ciudades también afectaron.
En general, el impacto sobre las vías de comunicación será el principal obstáculo para tratar de normalizar la vida europea, mayor incluso que las propias pérdidas humanas o la destrucción de viviendas. Los ejércitos ocupantes, con sus secciones de ingenieros y zapadores, tuvieron que trabajar firme para restablecer puentes flotantes, arreglar carreteras y desbloquear canales durante los meses inmediatos al final de la guerra.

Beneficios y beneficiados

Las naciones de América Latina, tradicionales exportadoras de productos agrícolas, terminaron la guerra con favorables saldos de sus balanzas comerciales y en posición acreedora en relación a titulares como Gran Bretaña, Francia… En 1945, Gran Bretaña debía a Argentina un monto de 126 millones de libras esterlinas, para cuya liquidación hubo de ceder a este país las compañías de ferrocarril, de construcción eléctrica y otros negocios que ostentaba el capital británico en Sudamérica.
Canadá y Estados Unidos llevaron adelante un gran proceso de industrialización.
Estados Unidos diseño un plan de ayuda y reconstrucción para el continente arruinado sobre el respaldo de la economía y la moneda y con dicho plan se sientan las bases de la influencia norteamericana sobre el área occidental.
De una manera menos directa, pero igualmente sustancial, las colonias dependientes de los imperios europeos (Gran Bretaña, Francia, Holanda, Bélgica…) tienen también motivos para recordar los efectos de la Segunda Guerra Mundial con más agrado que sus antiguos colonos. Como luego veremos, todo el proceso de emancipación mundial, que arranca precisamente del período de postguerra, está influido y no puede entenderse en su totalidad sin tener en cuenta el debilitamiento de las metrópolis y el auge de los nacionalismos como consecuencia de las vicisitudes y resultado final del conflicto.
En Europa, la verdadera fase de recuperación del continente no debe datarse antes de 1948, puesto que los primeros años de postguerra fueron de absoluta penuria económica y productiva en la mayoría de los países. Además, 1947 fue el peor año de la década para la agricultura, cerrándose con la pérdida de la cosecha en período de increíbles dificultades.
Los Estados Unidos eran, en efecto, junto a Canadá y en menor medida algunas naciones sudamericanas, el único país con capacidad y disposición económica y logística para intentar remediar las necesidades más acuciantes de la empobrecida Europa.
El excedente agrícola también benefició la posición económica de Estados Unidos.

En julio de 1944, reunidos en Bretton Woods (EEUU.) representantes de 44 países, proceden a instituir las reglas de intercambio, directrices de comercio, los organismos pertinentes y el nuevo orden monetario occidental que presidirán durante los decenios siguientes el transcurso de las economías de los países no socialistas.
Las modificaciones más importantes introducidas en Bretton Woods se referían a la consideración de dólar, en igualdad de garantías con el oro. La divisa americana empezaba además a constituirse como valor de reserva convertible en oro, gracias a la facilidad teórica que para esta transformación le proporcionaba la hegemonía económica y las propias reservas auríferas de Estados Unidos.
Las consecuencias de estas decisiones para el orden económico mundial fueron la penetración financiera sin precedentes del dólar en los sistemas occidentales y la afirmación paulatina de esta divisa frente al patrón oro, al que de hecho fue sustituyendo en la práctica. Al mismo tiempo, la circulación fiduciaria norteamericana se expandió de manera gigantesca, con la constante financiación, préstamos, compras e inversiones en los países aliados.
Otro apartado importante de las reuniones de Bretton Woods fue el de la creación de dos instituciones encargadas de asegurar el buen fin de los acuerdos. El FMI (Fondo Monetario Internacional) es creado para fomentar la cooperación comercial y monetaria entre sus socios mediante el establecimiento obligado de paridades en las valutas respectivas.
También se forma el Banco Mundial (BIRD). Las funciones del Banco Mundial debían ser las de coordinar los préstamos e inversiones privadas dirigiéndolas hacia proyectos útiles, evitando la dispersión de recursos. Las fuentes y recursos financieros del Banco eran empréstitos internacionales de libre ascripción y fondos de capital aportados por los propios Estados socios. Con ellos otorgaba créditos para la recuperación económica y al desarrollo comercial de los Estados miembros.

Plan Marshall y la doctrina Truman

El 12 de marzo de 1947 se lanza la doctrina Truman. Si la doctrina Truman resultaba válida para cualquier lugar del globo y para un período indefinido de tiempo, el Plan Marshall era un programa concreto de ayuda a los países europeos, hasta que lograran afianzar su reconstrucción económica y social. No obstante, esta intención suponía también el deseo de recomposición política bajo el molde y la homologación americana. Y este elemento se iba a convertir en factor de la estrategia internacional de EEUU., incluso por encima de cualquier otra consideración una vez que desaparecieron los factores desestabilizadores como la pobreza, el desempleo, la escasez, el hambre, etc.
El proyecto que se pondría en marcha en la primavera de 1948 fue dado a conocer por el general Marshall, secretario de estado, en un discurso en la Universidad de Harvard. En su intervención expresaba la conveniencia de dar un salto cualitativo en la ayuda americana a Europa, no limitándose a la mera ayuda subsidiaria, sino tratando de recomponer la misma estructura económica. La justificación del Plan descansaba y era tributaria, por tanto, de su precedente la doctrina Truman, con lo que formaría un bloque ideológico de contención y evitación de “graves problemas económicos, sociales y políticos”.
La aplicación del Plan Marshall frenó los intentos de solucionar los problemas mediante cambios revolucionarios en la Europa occidental.
Inglaterra fue la mayor beneficiada, seguida de Francia y Alemania. Otras peculiaridades del Plan y la ayuda americana en general, fueron la inclusión de Yugoslavia después de la ruptura entre Stalin y Tito y las cantidades prestadas a España desde la década de los cincuenta por el Export-Import Bank, a pesar de su régimen político.
Otros países no europeos recibieron en fechas posteriores la ayuda financiera norteamericana siguiendo siempre las intenciones de la doctrina Truman y del Plan Marshall. Entre ellos pueden citarse: Australia, Japón, Vietnam, Filipinas, Israel, diversos estados iberoamericanos, etc.

La reacción de la Unión Soviética

La Unión Soviética había quedado totalmente destruida después de la guerra.
Para el período de postguerra, la planificación de la economía se realizó a través del IV Plan Quinquenal (1946-1950), que tenía como objetivo fundamental alcanzar las cifras productivas de los años de preguerra. El aislamiento financiero a que estuvo sometida la URSS., tras el rechazo del Marshall, y el conjunto de calamidades y destrucciones, no impidió la obtención, en líneas generales, de las metas del IV Plan. Para ello contaba sobre todo, con mayor experiencia planificadora, con el gigantesco esfuerzo del pueblo soviético y con el cobro de las reparaciones de guerra.
En 1950, cuando se consideraba finalizado el período del Plan, el índice de la producción industrial ha pasado de 100 a 1941 a 171.
Pero el Plan no consiguió colmar su previsión en el campo. Los productos agrícolas no llegaron a las cantidades de períodos anteriores salvo la lana y algodón. Y ello a pesar de las duras condiciones sociales y laborales que fueron impuestas al campesinado.
El descenso de los precios agrícolas frente a la subida de los industriales condujo al deterioro del poder adquisitivo campesino siguiendo los mismos impulsos incontrolados de los mercados occidentales. Finalmente, una reforma monetaria en 1947 terminó por arruinar las economías más débiles y enflaqueció los ya exangües ahorros de este sector.
El empobrecimiento rural provocaría la emigración de importantes contingentes hacia los mejor pagados puestos de la industria, creando de inmediato problemas de superpoblación urbana, vivienda, educación o sanidad, que el Estado tenía que resolver conforme a sus principios socialistas.
En términos generales, se debe subrayar también la recuperación del poder adquisitivo y del nivel de vida de los obreros industriales y mineros, aunque para ello fueran necesarios ingresos suplementarios proporcionados por largas jornadas de trabajo, estimuladas con las llamadas patrióticas y con la emulación socialista.

La Guerra Fría y el telón de acero

Desde los primeros años de posguerra la lucha por la hegemonía política entre los grandes produjo una acelerada degradación de las relaciones internacionales que hasta entonces garantizaban el mantenimiento de la paz y la estabilidad mundiales.
La penetración comunista en Europa y Asia, pero también de hechos más episódicos como la muerte del presidente Roosvelt en abril de 1945 y el recambio Truman, contribuyeron, sin duda al agravamiento de diferencias y al enfriamiento del trato diplomático. La simpatía personal que el mandatario norteamericano fallecido sentía por la URSS., y en especial por Iósif Stalin, fueron sustituidas por la animosidad y la intemperancia política del agrio presidente Truman.

El primer desacuerdo serio tuvo lugar en la fracasada Conferencia de Moscú (marzo-abril de 1947), en la que no se pudo llegar a redactar o acordar la redacción de los tratados de paz con Alemania y Austria. Esta divergencia, fuente de importantes discordias posteriores, fue seguida de presiones norteamericanas para la exclusión de los comunistas en los gobiernos de coalición italiano y francés. Poco después los soviéticos devolvían la pelota al rechazar el Plan Marshall, presentándolo como una estrategia de penetración americana en Europa y coaccionando a los países de su área en el mismo sentido. Las presiones moscovitas consiguieron que Polonia y Checoslovaquia retirasen sus candidaturas, e incluso que Finlandia abandonase la misma pretensión para evitar enemistarse con vecino tan poderoso. Además los partidos comunistas occidentales participaron de la misma estrategia de rechazo, criticando el imperialismo encubierto de Marshall.
La prevención anticomunista formaba parte del discurso político occidental desde antes de empezar la guerra mundial. Uno de los líderes más incisivo en este aspecto fue el premier británico Winston Churchill, quien no ahorraría esfuerzos para denunciar las ambiciones estalinistas.
El llamado “golpe de Praga” de febrero de 1948 que llevó a los comunistas checos al poder, desencadenó lo que luego se conocería como el problema alemán. La consolidación del Partido Comunista de Checoslovaquia en el gobierno suponía un desequilibrio del statu quo de postguerra, después del cual los aliados decidieron adoptar medidas para afianzar su situación en Alemania Occidental.
En marzo de 1946, Churchill había lanzado su famosa idea de la caída de un telón de acero (iron curtain) desde Stettin en el Báltico hasta Trieste en el Adriático. Al mismo tiempo el embajador americano en Moscú, un anticomunista visceral, envenenaba las relaciones entre los dos aliados con continuas advertencias sobre la necesidad de frenar a los rusos. Estos, por su lado, aunque no llevaran la iniciativa en el rechazo, tampoco se quedaban atrás en la contundencia de iniciativas enfriadoras. A cada paso aliado respondía con otro en la misma dirección.
La creación del Tratado de Bruselas y Kominform en lo que se agruparon los países que luego compondrían los dos bloques opuestos, señalan el punto de separación oficial y de ruptura de la alianza creada durante la guerra. Era la institucionalización de las desavenencias y el auténtico comienzo de la guerra fría
“Guerra Fría” fue el término utilizado por el periodista americano Swope.

Alemania entre bloques

Los occidentales estaban interesados al principio, igual que los rusos, en impedir un rearme de Alemania que pudiera servir para futuras agresiones. Pero el crecimiento de la “amenaza” soviética y el deseo de mantener a los alemanes bajo la planificación occidental variaron este punto de vista de forma significativa. Una nación empobrecida, sin recursos industriales e inermes, podía representar una invitación apetitosa a la voracidad soviética, según empezaron a creer los occidentales desde el rechazo ruso al Marshall.
En octubre de 1946 se llevaron a cabo los procesos de Nuremberg, donde se juzgó y condenó a los principales dirigentes hitlerianos. Se dictaron una docena de penas de muerte, mientras otros cargaban con diversas sentencias de cárcel.


La zona alemana bajo control occidental contaría desde el principio de la separación real con un potencial demográfico muy superior al de la zona oriental. Mientras que la futura Alemania Democrática no llegaba a los 18 millones de habitantes, en la occidental se sobrepasaban los 47. Estas cifras, además, seguirían separándose gracias al incesante goteo de fugitivos y refugiados procedentes de la parte oriental.
Desde 1946 los norteamericanos de deciden por afianzar paso a paso un modelo político plural que asegure la contención del socialismo y al mismo tiempo sirva de foco de atracción a los disidentes de la zona soviética. Esta estrategia suponía abandonar cada vez más las pretensiones de reunificación que fueron complicándose con la evolución de las tensiones entre los dos grandes.
Los acontecimientos que provocaran la definitiva ruptura y la división territorial alemana se desencadenan en 1948. En febrero el golpe de Praga provoca la reestructuración política de la zona aliada, en la que se unifican las áreas ocupadas bajo un mando conjunto. Al mismo tiempo se toma la decisión de incluir a esta parte alemana en el Plan Marshall y en junio de 1948 se adopta una reforma monetaria que separa decididamente las economías de ambas zonas.
La modificación monetaria fue tomada como una auténtica provocación por Moscú, que protestaría exigiendo el respeto a los acuerdos de unificación y adoptaría una grave decisión; el bloqueo terrestre de Berlín, que se hallaba incluido en el sector oriental. Fue sin duda el momento de mayor tirantez desde el final de la guerra. Durante todo un año Berlín hubo de ser abastecida por el primer puente aéreo de la historia. Por aire llegaron provisiones, combustible y ropas a la sitiada y atemorizada población alemana, juguete de las decisiones e intereses de las grandes potencias.
Estados Unidos decide el 8 de mayo de 1949 formar una Alemania dividida con la creación del Consejo Parlamentario que va a formar la República Federal con capital en Bonn. Un mes antes se había creado la OTAN.
El bloqueo de Berlín, que había consumado el proceso separatista en lugar de derrotarlo, fue abandonado días después al mismo tiempo que se configuraba en la parte oriental un Congreso del Pueblo Alemán con una mayoría del Partido Socialista Unificado. El 7 de octubre de 1949 entraba en vigor una constitución en lo que se llamaría República Democrática Alemana.

Organizaciones y organismos

Del mismo modo que al finalizar la primera guerra mundial europea se pensó en constituir un organismo internacional que impidiera la repetición de conflictos semejantes, en la guerra de 1939-1945 los intereses pacifistas tomaron de nuevo el escenario internacional. La anterior sociedad de Naciones que había probado hasta la desesperación su inutilidad para concertar la paz, sería entonces sustituida por las Naciones Unidas (ONU).
El ideario, que luego recogería este organismo, aparece ya esbozado en la Carta Atlántica de 1941, primer acuerdo de colaboración que firmaron los aliados occidentales contra la Alemania hitleriana. Con posterioridad y hasta el final del conflicto, serían 47 naciones las que se sumaron a esta alianza. Una vez vencida Alemania y con las operaciones contra Japón en curso favorable, el 26 de junio de 1945 la Conferencia de San Francisco adoptaría un documento constitutivo denominado Carta de las Naciones Unidas.
Pero el ideal de paz y libertad no ha podido constituirse. Si se beneficiaron las intenciones de los países del Tercer Mundo.
La rivalidad entre los Estados Unidos y la Unión Soviética y el clima de tensión internacional gravitarían desde muy pronto sobre las actividades generales de la ONU, que se vería obligada a constituir una fuerza militar (los cascos azules) al objeto de imponer el cumplimiento de algunos acuerdos de paz. Pero el trabajo de este mini-ejército internacional sólo a duras penas sería aceptado por la mayoría de los implicados, y sus acciones, no por casualidad, alcanzarían exclusivamente a pequeñas o debilitados países.
El reparto de poderes de la ONU refleja, en efecto, el resultado de la guerra mundial y corresponde con el orden mundial acordado por los aliados en Yalta, Teherán y Potsdam. Su órgano fáctico es el Consejo de Seguridad, compuesto inicialmente por la URSS., EEUU., China, Francia e Inglaterra, que gozan en exclusiva del derecho a veto sobre los acuerdos adoptados. En fechas posteriores se amplió el Consejo de en diez miembros más renovables cada dos años pero sin opción al veto.
Junto al Consejo, la figura del secretario general recae habitualmente en una personalidad política independiente escogida por consenso del Consejo y que no pertenece a ninguno de los cinco grandes.
El órgano máximo y soberano en teoría de la ONU es la Asamblea General. En ella se discuten los problemas políticos, sociales y económicos que afectan al mundo sin limitación alguna.
En diciembre de 1948 la Asamblea General de la ONU aprueba la Declaración Universal de los Derechos Humanos. En él se recogen los derechos civiles y políticos fundamentales que atañen a personas y naciones, tales como la vida, la libertad, la intimidad, las garantías procesales, la condena y prohibición de la tortura, de la esclavitud, el derecho de reunión, asociación, huelga, autodeterminación. Desde su promulgación, la Declaración, aunque sólo ha sido ratificada por una parte de los Estados miembros, ha servido de documento base de numerosas reivindicaciones políticas y civiles en todos los países del Este o el Oeste.

La asociación en serio

La Alianza Atlántica, y su derivado militar la Organización del Atlántico Norte (OTAN), fue constituida el 4 de abril de 1949 por doce países (EEUU., Canadá, Inglaterra, Francia, Holanda, Luxemburgo, Bélgica, Italia, Portugal, Noruega, Dinamarca e Islandia). Suponía la integración formal del bloque occidental en torno a los Estados Unidos a petición de Francia y Gran Bretaña como consecuencia de la guerra fría y de la creciente agitación antisoviética en las cancillerías europeas.
La OTAN se define como una alianza defensiva que compromete a sus miembros a la prestación de ayuda militar o de cualquier género, en caso de agresión de terceros, dentro de unos límites fijados. El artículo número 5 es el que la diferencia de la ONU, porque da el derecho a la utilización de la fuerza armada ante la agresión a cualquiera de los miembros.
Estados Unidos al tener el mayor potencial armamentístico quedo como el jefe de las potencias que dejaron incluso su defensa en manos de la principal potencia.
La OTAN buscaría reforzar sus posiciones estratégicas en Europa con la integración en su alianza defensiva de países como Alemania e Italia. Las reticencias francesas a un rearme alemán serían vencidas sólo con fuertes presiones americanas y con la formación de la UEO (Unión Europea Occidental), integrada por los países del Benelux (Gran Bretaña, Francia, Italia y Alemania) con un mando militar conjunto. A través de este medio Alemania pudo integrarse a la OTAN, conforme a los acuerdos de París de mayo de 1955.
La incorporación de Alemania a la OTAN, que venía a significar su rearme militar con algunas limitaciones pareció ser la gota que provocó la inmediata constitución (14 de mayo del mismo año) del Pacto de Varsovia. Los firmantes del Pacto (URSS., Polonia, Hungría, Checoslovaquia, Alemania Oriental, Rumania, Bulgaria y Albania) justificaron su decisión precisamente por la situación alarmante creada con el agrupamiento militar de la UEO y con el previsto rearme alemán.
La reunión de Varsovia definió el Pacto como un “tratado de amistad, cooperación y asistencia mutua”, procediendo también a la formación de una estructura militar integrada bajo el mando del mariscal soviético Koniev.
La actitud y las relaciones entre la OTAN y el Pacto, evolucionaron, como representantes de los bloques enfrentados desde la guerra fría, a una situación de mutua disuasión basada en la amenaza de una capacidad destructiva cada vez mayor. El perfeccionamiento nuclear y el despliegue de misiles o tropa convencional habían asegurado un convencimiento general de mutua destrucción en caso de guerra. Las situaciones fueron tensas, pero sin rupturas definidas. A finales de la década del ’80 surgió el planteamiento de posibilidades para un desarme nuclear moderado.

La guerra de Corea (1950-1953)

La península de Corea, con unos 219.000 km2 y casi 20,5 millones de habitantes en el momento del conflicto, había sido dividida en dos zonas tras la rendición japonesa, según lo acordado en Potsdam. En el norte los ocupantes se rindieron a los soviéticos y en el sur a los norteamericanos. Después de la separación de 1945, en cada zona ambas potencias protegieron la creación de gobiernos autónomos que actuaron según los patrones políticos defendidos por ellas. Mientras en el sur se constituía un sistema presidencialista, con graves lagunas democráticas, en el que los comunistas protagonizaban los principales actos en contra del régimen, en el norte la Unión Soviética entregaría el poder a un gobierno provisional encabezado por el Partido Comunista, que impidió la formación de grupos de oposición.
Los comunistas habían entendido como una provocación la proclamación en agosto de 1948 de una República en el sur, con capital en Seúl, después de tres años de infructuosas negociaciones que no condujeran a ningún acuerdo sobre la proyectada unificación. Un mes después se constituía en el norte otra República Popular y se consideran liquidadas las posibilidades de llegar a un entendimiento.
Se da el conflicto propiamente dicho al pasar el ejército de Corea del Norte el paralelo 38. Dos veces se toma Seúl y luego se vuelve a las posiciones anteriores al conflicto. China interviene en defensa de Corea del Norte.
Durante dos largos años se mantuvieron negociaciones con el patrocinio de la ONU y participación China, que finalmente determinaron las líneas de separación, la devolución de prisioneros y la firma de un armisticio el 27 de julio de 1953.

Fuentes:

• GARCÍA DE CORTAZAR, Fernando. LORENZO ESPINOSA, José Maria. Historia del Mundo Actual. 1945-1995. Alianza Editorial. Madrid. 1996.
• KINDER, Hermann. HILGEMANN, Werner. ATLAS HISTÓRICO MUNDIAL. Tomo II: De la Revolución Francesa a nuestros días. Ed. Istmo. Madrid. 12ª edición. 1985.

martes, 22 de marzo de 2011

Ciencias que dialogan con la historia y tendencias historiográficas. Material para 1er año.

Principales ciencias que colaboran con la Historia: Geografía; Demografía; Sociología; Economía; Política; Arqueología; Antropología: Lingüística; Cronología; Numismática.

Algunas tendencias historiográficas (formas de hacer historia)
Historia positivista: es sólo aquella que estudia el papel de los jefes políticos y héroes, cuidando el orden cronológico de los acontecimientos y resaltando el acontecimiento histórico (por ejemplo las batallas).

Historia social: investiga a la totalidad de la sociedad, haciendo hincapié en los sectores más relegados. Comparte características con la historia de las mentalidades.

Historia de las mentalidades: es el estudio de las formas de pensamiento de una sociedad que son las menos cambiantes a lo largo del tiempo.
Las historia social y la historia de las mentalidades comparten las siguientes características: el historiador avanza por medios de problemas teniendo en cuenta los hechos de masas y no tanto el acontecimiento; la historia estudia el todo social y por lo tanto hay una sola historia.
La llamada Escuela de los Annales, que aparece en el mundo académico en 1929, grupo de historiadores de carácter ecléctico fue donde tanto historiadores de las mentalidades y los que practicaban la historia social compartieron temas de estudio y publicaciones. A ellos se sumaron algunos historiadores marxistas.

Microhistoria: estudia sujetos concretos e individualizados; así como también estudia ámbitos regionales y locales reducidos. De este tipo de estudio se sacan conclusiones generales que enriquecen la historia.

Tiempo histórico; pasado reciente; memoria e historia oral. Material para 4º año.

Los historiadores y el tiempo

Para Marc Bloch, la historia es la ciencia de los hombres en el tiempo, definido como el plasma mismo en el que están inmersos los fenómenos y en el que se vuelven inteligibles. La categoría tiempo tiene una importancia primordial para los historiadores.
El tiempo que interesa a los historiadores es el de los hombres en su organización social, expresando la permanencia de tal organización y la historia misma como proceso que crea lo humano.
Según la teoría de la relatividad de Albert Einstein el primer paso consistió en establecer la inexistencia de un tiempo y un espacio absolutos, es decir, que un objeto sólo puede moverse en el tiempo en un único sentido.
Cada hecho histórico tiene sus determinantes espacio-temporales. El tiempo y el espacio tienen un carácter material y objetivo, con apoyo en la teoría de la relatividad. La distancia espacial de los sucesos es relativa, dependiendo de la velocidad con la que se mueven los cuerpos en cuestión.
En general los historiadores están de acuerdo en que el tiempo (llamémoslo tiempo histórico) fluye más rápidamente durante las revoluciones, las guerras, etc. Se puede decir que la aceleración del tiempo histórico es tiene con relación a aquellos intervalos de tiempo en que los pequeños cambios cuantitativos se convierten en sistemas cualitativamente nuevos.
¿Qué es un hecho? Es un sistema que sufre constantes transformaciones. Un hecho puede ser una nueva cualidad respecto a otros hechos “menores”, pero puede ser, a su vez, una manifestación de un cambio cuantitativo visto desde el punto de vista de cualidades “mayores”. En la práctica los historiadores hacen referencia a tres clases de tiempo: corto (medido con un reloj); mediano (medido con un calendario); y largo (medido por años).
Un hecho histórico es una partícula del Universo. Se puede decir que un hecho a sigue siendo un hecho a hasta que las propiedades por las cuales existe como a no desaparezcan.

Consideraciones sobre el pasado reciente y la memoria

Hilda Sábato: “el pasado no es un monopolio de los historiadores”.

Lo esencial del pasado reciente es que es un pasado abierto e inconcluso. Además entre los historiadores no hay un acuerdo para poner límite cronológico al pasado reciente.
Los temas que aborda el pasado reciente giran en torno problemas traumáticos: guerras; masacres; genocidios; dictaduras y crisis sociales.
En América Latina el número limitado de estudios historiográficos sobre el pasado reciente, en particular sobre ese proceso de politización y radicalización que signaron las dictaduras de los años sesenta y setenta, puede ser leído como síntoma de las imposibilidades de discutir sobre esa experiencia desde una perspectiva histórica.
Existe un sencillo hecho de que muchos de los principales actores de la construcción de un campo profesional de estudios históricos habían sido intelectuales comprometidos en los años sesenta y setenta, muchos de ellos vinculados a distintas instancias de militancia revolucionaria.
La escisión entre historia y política dejó fuera del horizonte de visibilidad el pasado reciente, y en particular los procesos de subjetivación política: los años sesenta y setenta se presentaban como un territorio surcado por la pasión política. El testimonio oral como fuente para el estudio del pasado reciente esta sustentado sobre la memoria y ello plantea el problema de su veracidad o credibilidad. Debemos tener en cuenta que una porción importante de la información contenida en los testimonios refiere, justamente, a fenómenos no contemplados en la documentación contemporánea. El testimonio oral puede servirnos no sólo para acceder a información no contemplada en otros documentos, sino también, para explorar las formas en que los sujetos recuerdan y otorgan sentido a su propia experiencia, trascendiendo la dimensión individual de ésta. Al mismo tiempo, entonces, los testimonios nos permiten acceder al espacio de las dinámicas y las subjetividades colectivas. A diferencia de otras fuentes orales son artificiales: no constituyen registros contemporáneos o inmediatos de acontecimientos y fenómenos, sino que son fruto de una creación posterior, emanada de la voluntad del investigador. Tanto el entrevistado como el entrevistador participan de su construcción.
La riqueza del testimonio no está constituida sólo por lo que “dicen” y la forma en que lo hacen, sino también por lo que callan y omiten, por aquellos sentidos que están ocultos y presentes a la vez en los recuerdos, más allá de la narrativa puntual. Esto es algo que muy a menudo se olvida en la extendida práctica de la historia oral.
La historia se sostiene sobre una pretensión de veracidad, la memoria lo hace sobre una pretensión de fidelidad. Hay una sobreligitimación del testigo, quien emerge como el portador de “la verdad” sobre el pasado por el hecho de haber “visto” o “vivido” tal o cual acontecimiento o experiencia. La memoria, sea individual o colectiva, es una visión del pasado siempre medida por el presente.
Desarrollado por el historiador Pierre Nora, la noción de los lugares de la memoria intenta hacer inteligibles ciertos aspectos simbólicos de la historia contemporánea, en particular, la organización y las representaciones de la historia nacional. Desde la perspectiva de Pierre Nora, los lugares de la memoria serían aquellos símbolos luminosos en lo que se encarna la memoria de fiestas, emblemas, monumentos, libros, museos, entre otros. Cuando se trata de pasados de represión y “experiencia límite”, lo que encontramos son intentos de cierre, de solución o sutura final de las cuentas con ese pasado. Pero los procesos de construcción de memorias son siempre abiertos y nunca “acabados”. El “pasado” es una construcción cultural hecha en el presente.
No es lo mismo el testimonio en una entrevista hecha por un historiador, que el testimonio judicial que es una narrativa personal de una experiencia vivida, pero el marco jurídico lo quiebra en pedazos y componentes: el requerimiento de identificación personal, el juramento de decir la verdad, la descripción detallada de las circunstancias de cada acontecimiento.
El pasado no es algo fijo y cerrado. A medida que pasa el tiempo, van cambiando los actores y las interpretaciones de ese pasado al que se hace referencia. No es posible una resolución “definitiva” porque el tiempo de la memoria no es un tiempo lineal. La idea de que a medida que pasa el tiempo el pasado esta más alejado menos presente no siempre se aplica, ya que el pasado puede ser renuente a pasar, y puede volver a actualizarse. Lo “normal” de la memoria es que sea abierta, sujeta siempre a debates sin líneas finales, constantemente en proceso de revisión.
Por otro lado la memoria es también un hecho social y no es como tal, lo contrario al olvido: a través de los procesos de recuerdo que son el resultado de la activación de huellas de experiencias pasadas al servicio del presente, nos hace accesible ese pasado, una vez modificado y despechado, y ya para su uso.
El concepto de memoria ha ido largo tiempo unido a la tradición, dando lugar a aquello que en la teoría social se llama “comunidad de recuerdos”. La memoria (y la historia) colectiva están sujetas a una continua construcción compartida entre los miembros del grupo, que han de negociar continuamente cuáles son los hechos memorables, su significación y su futuro.
La Historia Oral: los historiadores necesitan conocer el mayor número posible de fuentes para poder elaborar sus hipótesis. La fuente oral resulta ser la causa principal, y a la vez el producto inmediato o efecto consecutivo de aquella democratización de la escritura de la historia que es un signo indiscutible de nuestro tiempo. Con la historia oral múltiples testigos aportan su testimonio conformando una alternativa a la historia oficial.
En necesario resaltar el papel de la mujer en la historia oral, es decir, el papel de la mujer historiadora. Constituida sobre testimonios personales en los que es decisiva la narratividad, la historia oral implica (conscientemente o no) un carácter autorreflexivo. La sensibilidad de las historiadoras en todos los aspectos de la historia oral suele ser superior a la de sus colegas varones.
La gran conclusión es que el estudio del pasado reciente es todavía un campo dentro del conocimiento científico en vías de construcción. Revalorizar el testimonio de las experiencias de las personas mayores en nuestra sociedad es un elemento que siempre debe estar presente a la hora de indagar sobre la historia cercana a nuestros días. También es necesario tener en cuenta que hay heridas en sectores de nuestra sociedad que no han cicatrizados.

FUENTES


• CARDOSO, Ciro. Introducción al trabajo de la investigación histórica. Ed. Grijalbo. 1985.
• FRANCO, Marina. LEVÍN, Florencia. HISTORIA RECIENTE: perspectivas y desafíos para un campo en construcción. Ed. Paidos. Bs. As. 2007.
• HERNÁNDEZ SANDOICA, Elena. TENDENCIAS HISTORIOGRÁFICA ACTUALES: escribir historia hoy. Ed. AKAL. Madrid. 2004.
• TOPOLSKY, Jerzy. Metodología de la historia. Sine locus. Sine data.

lunes, 21 de marzo de 2011

Material para 1er año

DEFINICIONES DE HISTORIA



“La historia es la ciencia de los hombres en el tiempo”.
(Marc Bloch, Introducción a la Historia, pág. 26)


“El hombre no se acuerda del pasado; siempre los construye. Arranca del presente y a través de él, siempre, conoce e interpreta el pasado”.
(Lucien Febvre, Combates por la Historia, pág. 70)


“(…) sólo podemos captar el pasado y lograr comprenderlo a través del cristal del presente. El historiador pertenece a su época y está vinculado a ella por las condiciones de la existencia humana (…) el historiador no pertenece al ayer sino al hoy”.
( H. Carr, ¿Qué es la historia? Barcelona. Ed. Seix Barral. 1973. Pág. 33, 34.


“El protagonista de la historia es el hombre en sociedad. Son los hombres en una actitud que incluye a los héroes y a los genios, pero también a los obreros, los campesinos y los indigentes”.
( J. Fontana. Historiador español contemporáneo).

Material para 4º Año

VISTA PANORÁMICA DEL SIGLO XX

Doce personas reflexionan sobre el Siglo XX

Isaiah Berlin (filósofo, Gran Bretaña): “He vivido durante la mayor parte del siglo XX sin haber experimentado –debo decirlo- sufrimientos personales. Lo recuerdo como el siglo más terrible de la historia occidental”.

Julio Caro Baroja (antropólogo, España): “Existe una marcada contradicción entre la trayectoria vital individual –la niñez, la juventud y la vejez han pasado serenamente y sin grandes sobresaltos- y los hechos acaecidos en el siglo XX… los terribles acontecimientos que ha vivido la humanidad”.

Primo Levi (escritor, Italia): “Los que sobrevivimos a los campos de concentración no somos verdaderos testigos. Esta es una idea incómoda que gradualmente me he visto obligado a aceptar al leer lo que han escrito otros supervivientes, incluido yo mismo, cuando releo mis escritos al cabo de algunos años. Nosotros los supervivientes, no somos sólo una minoría pequeña, sino también anómala. Formamos parte de aquellos que, gracias a la prevaricación, la habilidad o la suerte, no llegamos a tocar fondo. Quienes lo hicieron y vieron el rostro de la Gorgona, no regresaron, o regresaron sin palabras”.

Rene Dumont (agrónomo, ecologista, Francia): “Es simplemente un siglo de matanzas y de guerras”.

Rita Levi Montalcini (premio Nobel, científica, Italia): “Pese a todo, en este siglo se han registrado revoluciones positivas… la aparición del cuarto estado y la promoción de la mujer tras varios siglos de represión”.

William Golding (premio Nobel, escritor, Gran Bretaña): “No puedo dejar de pensar que ha sido el siglo más violento en la historia humana”.

Ernst Gombrich (historiador del arte, Gran Bretaña): “La principal característica del siglo XX es la terrible multiplicación de la población mundial. Es una catástrofe, un desastre y no sabemos cómo atajarla”.

Yehudi Menuhin (músico, Gran Bretaña): “Si tuviera que resumir el siglo XX, diría que despertó las mayores esperanzas que haya concebido nunca la humanidad y destruyó todas las ilusiones e ideales”.

Severo Ochoa (premio Nobel, científico, España): “El rasgo esencial es el progreso de la ciencia, que ha sido realmente extraordinario… Esto es lo que caracteriza a nuestro siglo”.

Raymond Firth (antropólogo, Gran Bretaña): “Desde el punto de vista tecnológico, destaco el desarrollo de la electrónica entre los acontecimientos más significativos del siglo XX; desde el punto de vista de los ideas, el cambio de una visión de las cosas relativamente racional y científica a una visión no racional y menos científica”.

Leo Valiani (historiador Italia): “Nuestro siglo demuestra que el triunfo de los ideales de la justicia y la igualdad siempre es efímero, pero también que, si conseguimos preservar la libertad, siempre es posible comenzar de nuevo… Es necesario conservar la esperanza incluso en las situaciones mas desesperadas”.

Franco Venturi (historiador, Italia): “Los historiadores no pueden responder a esta cuestión. Para mi, el siglo XX es sólo el intento constantemente renovado de comprenderlo”.


FUENTE: HOBSBAWM, Eric. Historia del Siglo XX. Ed. Crítica. Barcelona. 1995.

domingo, 20 de marzo de 2011

Liceo de Libertad

PAUTAS DE EVALUACIÓN PARA EL CURSO: Liceo de Ismael Cortinas

1er año

1) Puntualidad.
2) Conducta.
3) Grado de relacionamiento con compañeros y profesor.
4) Aportes orales (acorde a los contenidos del curso).
5) Pruebas escritas.
6) Registro y utilización de un cuaderno para la asignatura que será corregido periódicamente por el profesor.
7) Elaboración de una carpeta (portafolio) con todas las tareas domiciliarias. Entrega en fecha y forma de las tareas domiciliarias.

4º año

1) Puntualidad.
2) Conducta.
3) Relacionamiento con compañeros y profesor.
4) Aportes orales (acorde a los contenidos del curso).
5) Pruebas escritas.
6) Elaboración de carpetas temáticas. Entrega en fecha y forma.
7) Aporte a los contenidos del curso con: noticias; videos; grabaciones; fotos y documentos sobre la realidad del Mundo Actual.